FELIPE CARRILLO PUERTO.- Una de las tradiciones
ancestrales mayas que ha perdurado hasta hoy en Quintana Roo es el Jéets´méek’,
concepto que permite entender el papel en la comunidad y de la íntima relación
que hay con la vida de acuerdo a la filosofía maya, de inicio, aclara esa
necesidad del jéets’ (postura a la vida) y sin perder de vista el Méek’,
término que aclara esa necesidad de amar y ser amado.
En ese contexto, heredero de una gran civilización, como
la maya, el periodista y locutor de Felipe Carrillo Puerto, Manuel Chan Uicab y
su esposa Alma Balam Xiu bautizaron ayer martes 27 de octubre a su pequeña hija
Yatsil, para ello invitaron a ser compadres a Jeremías Ciau y Angélica Hau.
El bautizo de Yatsil se llevó a cabo en esta ciudad, con
la observancia de las tradiciones, los padrinos sostuvieron a su ahijada sobre
la cadera izquierda. Este ritual es de integración social para los recién
nacidos, esto marca el inicio de otra etapa para los infantes y para
presentarlo a la comunidad. En ambos casos se tiene como finalidad que reciban
una iniciación simbólica a las actividades y responsabilidades que más adelante
desempeñarán en su comunidad, además de “abrir sus pies” para que puedan
caminar correctamente y sean rápidos para correr.
Jeremias Ciau encendió una vela al inicio del ritual y
recibió de manos de Manuel y Alma a Yatsil, cargándola sobre su cadera
izquierda. El maestro ceremonial, que cuenta con la experiencia heredada de
varias generaciones para realizar este ritual, le entrega objetos y
herramientas al padrino para que ayude al niño a sostenerlos en sus manos.
Posteriormente dieron nueve vueltas alrededor de la mesa,
mientras el maestro explicó la utilidad de cada objeto y los dones o
habilidades vinculados con cada uno. Tijeras, ollas y un comal, en alusión al
bordado y cocina, para las niñas; así como lápiz, cuaderno, libros y
computadoras para que sea una buena estudiante.
Tanto al padrino como a la niña se les dio a probar un
poco de huevo, pepita de calabaza, hojas de chaya hervidas y maíz con miel,
simbolizando inteligencia, razonamiento, sensibilidad y dulzura. Al finalizar,
se apagó la vela y la madrina entregó la niña a sus padres para posteriormente
realizar un convivio especial con los asistentes, generalmente familiares
cercanos.
TRADICIÓN LATENTE
La elección de los compadres tiene un enorme significado
para los padres del bebé porque ellos aseguran, en primera instancia, que en
caso de fallecer, el padrino o la madrina será la persona idónea para retomar
la función de orientar al ahijado(a) por los caminos de la vida. Los padrinos
tienen además la obligación de incidir en la vida del ahijado(a) para que ésta
se apegue a los usos y costumbres mayas, tutelando su crecimiento y desarrollo.
Es una responsabilidad que forma parte de las encomiendas reproducidas a diario
en el seno de la vida familiar y comunitaria maya. De tal forma que, a través
del Jéets´méek’, se reproduce la cultura maya en la vida de cada uno de los
descendientes que viven a lo largo y ancho de Quintana Roo.
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