Caminos del Mayab
Por Martín G. Iglesias
Gustavo Miranda García, diputado que llegó a su curul por medio del voto popular, hoy es blanco de ataques en medios de información pagados desde la clandestinidad, de políticos que nunca se han presentado a las urnas, pero sí han escalado posiciones por medio de la vía plurinominal representando al partidismo rancio, viejo y de malas mañana.
Desde que llegó a la XVI Legislatura, Miranda García se
tomó en serio su papel de legislar para el beneficio de los quintanarroenses,
anteponiendo sus intereses partidistas por los del conglomerado social. Sin embargo,
sus iniciativas como la de “legítima defensa” fue enviada a la congeladora
desde el 2018 y trataron de impedir que llegara a la presidencia de la Junta de
Gobierno y Coordinación Política (Jugocopo).
Por mi labor periodística, conozco a Gustavo Miranda
desde que inició en su carrera política a penas en el 2017, cuando me dijo que
quería participar como candidato independiente a una diputación local, por el
Distrito 8. Lo percibí con el ímpetu de contribuir con su experiencia
empresarial en el mundo de la política, desde entonces puedo decir que la
congruencia es una característica que lo acompaña, que su palabra vale, pues cuando
dice que sí se puede lo logra, pero cuando no, él mismo te dice que no se puede.
Para algunos puede ser que Gustavo Miranda sea un
arrogante, un junior, un novato en la política; quizá porque no estamos
acostumbrados a escuchar a un político que te diga las cosas como son, como lo
hace él. Hasta ahora he comprobado que es una persona vertical en su manera de
actuar. Congruente con lo que dice y hace. Está dispuesto a revolucionar la
política en Quintana Roo empezando a hacer las cosas bien desde el puesto que ocupa,
presidir la XVI Legislatura.
Esto le ha generado adversarios que ahora arrecian sus ataques
mediáticos, pagan publicidad en redes sociales y en medios de comunicación que,
por no haber obtenido un convenio del Congreso, se prestan hasta gratuitamente
para publicar notas “infladas” y sin sustento. No es causalidad que los
políticos cínicos, rancios, sin vergüenzas, mentirosos y doble moral se quieran
ensañar con una figura nueva como la de Gustavo Miranda, que uno de sus activos
es la juventud, su éxito empresarial y su convicción de hacer la cosas bien por
el bien del pueblo quintanarroense; actúa bajo la premisa de “nada por la
fuerza, todo por la razón y el derecho”.
El actual presidente del Congreso llegó para hacer una
limpia, para transparentar los recursos que se le asignan al Poder Legislativo,
para profesionalizar los procesos al interior de la administración de la
Legislatura; pero heredó muchos problemas. Prácticamente le está pasando como
al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a quien un grupo de
ultraderecha no quiere dejar gobernar el país, le atacan diariamente en la
prensa y quieren ensañarse con él en todo momento; eso le pasa a Gustavo
Miranda, pero de manera local.
Como parte de la sociedad, me siento comprometido a
impulsar y apoyar a proyectos políticos nuevos, que representen el interés
general, que su objetivo sea servir al pueblo, no servirse del pueblo como le
hacen los políticos ya gastados, quienes cumplen con el perfil del político
tradicional: miente, roba y traiciona al pueblo.
La menor manera de tomar decisiones en el ambiente político
es estar informado correctamente. Los chismes y los rumores; los ataques
mediáticos y las descalificaciones; así como la doble moral, se acabarán en la
medida que nos informemos bien sobre quiénes son los que están al frente de las
instituciones, dependencias y el gobierno. Por el bien de todos, no consuma
información que solo se dedica a denostar a las personas; al final, lo
importante es que los hechos hablen más que las palabras, eso es lo que hace
Gustavo Miranda García desde el Poder Legislativo.
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