lunes, 8 de abril de 2019

La indolencia de un gobierno sordo y ciego



Caminos del Mayab
Por Martín G. Iglesias


¡Estamos hasta la madre de la inseguridad!, me suelta a rajatabla don Francisco de 65 años y más, sentado en una de las bancas del parque de la Supermanzana 23 de Cancún, muy cerca del mercado público en la misma demarcación.
Con una aparente inocencia, le pregunto del porqué de su expresión, y hasta yo salgo raspado al decirme que no me haga pendejo, máxime cuando me dedico al periodismo; embiste con su única arma que tiene, la palabra, y me dice que es lamentable que la mayoría de los medios de comunicación de Quintana Roo seamos unos “lame botas”.
Lógicamente su declaración me enciente y le reprocho que no todos somos así. Suelta una carcajada que deja ver su poca dentadura y agrega: Mira, nadie ha publicado la indolencia de estos gobiernos, hablo de los tres niveles, del Federal, del Estatal y de los Municipales. Son gobiernos sordos y ciegos, porque por más que el andamiaje social trate de decirles las cosas, hacen caso omiso, te avientan toda su estructura para desvirtuarte, gastan millones de pesos en tratar de “tapar el sol con un dedo”.
Don Francisco regresa a la carga y me comenta: soy un asiduo lector de medios impresos, esas chingaderas del internet y las redes sociales no las entiendo muy bien, porque la mayoría de las personas adultas seguimos informándonos por medio del periódico tradicional. Desde hace años me doy cuenta que no tienen equilibrio, todos salen uniformados con la misma nota del gobierno, con las mismas fotos, con las mismas faltas de ortografía y sintaxis con las que redactan los voceros, que dicho sea de paso, muy pocos son realmente periodistas.
¿Por qué cree que son ciegos?, pregunto. ¡Es que eres o te haces! Me responde un poco alterado. ¿No estás viendo la matazón de personas que hay todos los días?; ¿no ves cómo la gente de las regiones y de las comunidades de los municipios a veces no tiene ni para comer? Agrega: Me río cuando dicen que repunta el empleo, habría que ver la calidad de ese empleo, gano más aquí sentado cuando la gente me da mi limosna, que un trabajador que se afilia a la CTM o a la CROC que trabaja ocho horas por un mísero salario; o a un aporreado taxista que tiene que estar 12 horas detrás del volante.
A ver señor periodista, ¿cuántos niños y jóvenes van a la escuela bien desayunados?, o llevan para comprar un buen alimento; no lo saben. ¿Qué hace el gobierno por la prevención del delito?, ¿qué hacen los policías?, que una vez me quisieron levantar porque me vieron mal vestido. ¿Cuántos centros de salud cuentan con todo el cuadro básico de medicamentos?, ¿qué les deja el turismo a los hermanos de la zona maya o de las regiones y colonias? No mame don. Y todavía se atreve a decir que el gobierno no es indolente ante las más de mil muertes violentes en este semestre solo en Quintana Roo; que no son sordos ante el llamado de la sociedad para hacer los cambios que se necesitan en su estructura de gobierno.
Para qué sigo hablando, si los que toman las decisiones ni siquiera escucharán o leerán lo que digo. ¡Ya váyase por donde vino!
Me quedé callado. Pero esto me lleva a la reflexión, ¿no será que la sociedad también somos sordos, indolentes y ciegos? Cada uno tiene la respuesta.
SASCAB
Hoy es el límite para que los partidos políticos, coaliciones y candidaturas independientes presenten su informe sobre los materiales utilizados en la producción de la propaganda electoral para las campañas; además, será el próximo lunes 15 de abril que arranque campaña los más de 90 candidatos a una diputación local.

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