El pacto federal, consagrado en el artículo 40 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, nos especifica sobre la
soberanía de los estados, pero también de la colaboración que debe tener la República
en temas prioritarios como es el de la seguridad.
El referido artículo reza: Es voluntad del pueblo
mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y
federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su
régimen interior, y por la Ciudad de México, unidos en una federación
establecida según los principios de esta ley fundamental.
En noviembre pasado, los gobernadores de Aguascalientes,
Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Nayarit,
Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Tamaulipas y Yucatán, coincidieron que
“nuestro federalismo enfrenta problemas y desafíos”, pero se quejaron de que se
les excluya de los planes de seguridad en el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador.
Sin proponerme ser vocero de la sociedad quintanarroense,
nos sentimos agraviados por la Federación, nos abandonaron en materia de
seguridad, se llevaron a más de la mitad de las fuerzas federales y desde
diciembre pasado no existe funcionabilidad en las dependencias del gobierno lopezobradorista
que tienen su representación en el estado.
Se dijo que, con la creación de la figura de
coordinadores estatales de programas sociales, se vulnera el pacto federal.
Pero no solo eso, sino que hasta ahora en Quintana Roo la representación del
gobierno federal es de saliva, de cartón y de papel, porque no se ve la mano de
la República mexicana en el combate al crimen organizado; aunque se diga que
los medios de comunicación hacen apología del crimen y tomen actitudes como esconder
la cabeza como el avestruz, porque piensan que así se acabará el problema.
Dejar morir a Quintana Roo no solo es quitando a los
elementos federales, sino también recortando y regateando recursos para el
combate a la inseguridad. Sangrar a Quintana Roo es quitarle recursos al
gobierno del estado en materia de Salud, Educación, Ciencia y Tecnología,
Cultura y Deporte; pero también dejar a los municipios en la indefensión centralizando
todo en la figura de los “delegados regionales”.
No queremos trato especial, queremos trato justo, parejo
e igualitario con las otras entidades que también aportan al Producto Interno
Bruto del país. La federación tiene que reconocer que Quintana Roo tiene toda
la voluntad de combatir el crimen organizado, pero no cuenta con las
herramientas necesarias para hacerlo, por eso urge que intervengan, que
colaboren, que nos volteen a ver para seguir siendo el destino turístico número
uno de Latinoamérica y el más importante de México.
Ya no queremos más discursos de saliva, queremos acción,
y si se tiene que militarizar por un tiempo al estado, pues es preferible a que
se siga desangrando a Quintana Roo. Ahí se las dejo.
SASCAB
Lamentablemente nuestro secretario de seguridad pública
en Quintana Roo, Jesús Alberto Capella Ibarra vive en “Capel-landia” o “Capeland”,
donde no pasa nada, todo es felicidad, amor, paz y tranquilidad. Hoy comparece
ente diputados de la XV Legislatura.
Ojalá pueda responder a los diputados por los viáticos del
personal destacamentado de la Policía estatal en Cancún y Cozumel; el presunto
jineteo del dinero de los policías. Además del respeto a los derechos humanos
del personal que trabaja en la corporación, pues se filtra que son tratados con
humillaciones por los amigos del Secretario que fueron traídos del Estado de
Morelos.
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