jueves, 1 de septiembre de 2011

La estatura de Filiberto Martínez, presidente de Solidaridad


Discípulo de los ex presidentes municipales, Filiberto Martínez Méndez, ya no ve lo duro sino lo tupido; a tal grado, que prefiere huir de los medios de comunicación aduciendo que en su “reingeniería administrativa”,  determinó que sólo daría conferencia de prensa los domingos.
Su propia impopularidad lo tiene atrapado en lo que sería “su palacio de cristal”, aunado a sus sátrapas que no permiten el acceso al “Fili”; ciertamente el alcalde de Solidaridad se ha esforzado por recorrer las colonias, esos sí que estén en el centro. Pues precisamente caminado por la colonia Nic Te Ha, lo rechiflaron por llegar con las manos vacías y con un cúmulo de promesas que bien merecen el calificativo de un gobierno de “saliva”.
En venganza por la rechifla, tomando las vísceras como su eje rector, el “Fili” ha dicho que no hay obra para la mencionada colonia, porque el que manda en el municipio “soy yo”. No supo dimensionar el tamaño del cargo que consiguió con sus cochupos.
Es tanto el rechazo que siente Solidaridad, que muchos de los detractores de Filiberto Martínez, han insistido en compararlo con Hitler, pero sólo sería en su manera obstinada del culto a la personalidad, porque en lo estratega, no existe tal comparación.
¿Ya se olvidó de la maniobra que hizo cuando fue Secretario General del Ayuntamiento de Solidaridad, cuando cabildeo con los regidores para que no aprobaran el primer presupuesto de la administración de Carlos Joaquín González, dejando a “su amigo” votando solo ya que ningún concejal levanto la mano?

CANCUN TIENE SU “BORRAO”
El desacato y favoritismo que caracteriza a algunas dependencias, se ha infiltrado en la materia deportiva, ya que cualquier burócrata de la Comisión para la juventud y el deporte Cojudeq, toma decisiones sin importarle que la orden sea una y su criterio sea favorecer a los amigos, aún sin darle aviso a su jefe, y tal es el caso en la elaboración de la lista de los deportistas y personas distinguidas que portarán la antorcha con el fuego panamericano.
En el área del palacio municipal trascendió que por lo menos uno de los nombres de un colega cronista deportivo fue “Borrao” (modismo norteño para decir borrado) de la lista que había elaborado el director del instituto del deporte de municipal Miguel Moreno, quien al enviársela al director de la Cojudeq para su aplicación, antes de llegar a sus manos fue interceptada para ser alterada.
En la lista original estaba el nombre de Luis Villicaña, experimentado cronista deportivo, narrador, y reportero deportivo  de talla internacional; a quien incluso el comité organizador le pidió su talla, para mandar a elaborar el uniforme que llevarán los otros 60 atletas; “pues simple y llana mente” como dicen por acá, fue “Borrao” por un burócrata del deporte estatal.
El término y posterior sobrenombre del “Borrao” fue creado en 1948, durante la celebración de una de las competencias ciclistas de la Vuelta a México, donde Juventino Zepeda entró en segundo lugar a la meta, y para favorecer a otro fue “Borrao” y así el competidor que venía atrás de Juventino logró el segundo sitio, que originalmente se ganó limpiamente “El Borrao”.    

OTRA MANCHA MÁS A EDITH MENDOZA
Pareciera que la administración de la alcaldesa de Tulum, Edith Mendoza Pino, tiene una maldición; pues todavía no acaba el conflicto ciudadano donde le piden su renuncia; y ya funcionarios de primer nivel protagonizan sendos escándalos. La cosa estuvo así: El contralor, Carlos Daniel Poot Cauich, junto con el subcontralor, Ramón Caamal Pech, después de excederse en tragos en un bar gay del centro de la ciudad y negarse a pagar su elevada cuenta, protagonizaron un escándalo en plena vía pública.
Vaya problema, ya que Ramón Caamal Pech tiene dos denuncias penales: la averiguación previa TAP/018/2011, por el delito de violación sexual en agravio de D. L. C., y la TAP 656/2011, por la presunta comisión del delito de abuso de autoridad, en agravio de Carlos Ernesto Can Cortes. Habrá que investigar, porque esto hasta tráfico de influencia podría ser. (Qué dice Edith, que ella no sabía)



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