Capital Política
Por David Acosta
La imposición de Francisco López Mena como rector de la
Universidad de Quintana Roo (Uqroo) que pretende la Junta Directiva, por
instrucciones del gobernador del Estado Carlos Joaquín González ha logrado unir
a la comunidad universitaria en su contra. Al ex secretario de gobierno no lo
quieren como representante de la máxima casa de estudios del estado, la mecha
está encendida.
Estudiantes, docentes y administrativos de la Uqroo
finalmente levantaron la voz, la postura al unísono fue clara no quieren a
políticos, en alusión a López Mena y menos a través de imposiciones dictadas
desde segundo piso de Palacio de Gobierno.
La comunidad universitaria quiere un rector con sólida
formación profesional e integral, de preferencia un académico surgido de la
máxima casa de estudios del estado.
Hasta el momento se mantiene la intención de imponer al
político panista como rector por una Junta Directiva integrada a modo, incluso
con Manuel Alamilla Ceballos, oficial Mayor y el académico Carlos Alcérreca
Joaquín, familiar de Víctor Alcérreca Sánchez y sobrino del propio gobernador
Carlos Joaquín González.
Para el Gobierno del Estado imponer a un recomendado en
la rectoría representa un coto de poder, pero además jugosos recursos que
pueden manejar a su libre arbitrio. Para el ejercicio fiscal 2019 el
presupuesto de la Uqroo es superior a los 459 millones de pesos y durante los
cuatro años de gestión del próximo rector ascendería a más de mil 836 millones
de pesos.
Lo que menos interesa, lo cual se ha hecho evidente con
la pretendida imposición, es el beneficio de estudiantes, docentes y
trabajadores de la Universidad con sus tres campus en Cozumel, Playa del Carmen
y Cancún.
Los tambores de guerra de la comunidad universitaria
sonaron este miércoles a través de una conferencia de prensa, en donde los
diferentes sectores que la integran dejaron en claro que no permitirán más atropellos.
Fueron más allá, pues buscarán la autonomía de la institución educativa y
exigirán además, auditorías a la gestión del aún rector, Ángel Rivero Palomo,
quien por cierto tiene escondida la cabeza como avestruz.
Asimismo se exigirá, y a través de un documento oficial,
a la Junta Directiva incluir nuevamente como aspirante a la rectoría al doctor
Martín Ramos, quien fue eliminado de manera ridícula y arbitraria, como parte
de las estrategias para dejar el camino “libre” al ex secretario de Gobierno.
La intromisión del Ejecutivo Estatal es evidente en la
sustitución del rector, pues están haciendo lo necesario para dejar el camino
limpio a López Mena, aunque esto represente un atentado contra la máxima casa
de estudios de Quintana Roo.
De acuerdo al reglamento siete de los 11 integrantes de
la Junta Directiva son propuestos por el
Ejecutivo Estatal y solo cuatro por el rector, con esto está claro que esos
votos están asegurados para el ex secretario de gobierno del “gobierno de
cambio”, por lo que con matemáticas básicas a nadie más le alcanza por bueno
que sea su currículo.
De ahí que los operadores del “gobierno del cambio” ya
están teniendo acercamientos con algunos de los aspirantes para invitarlos a
que se retiren de este proceso, para dejar el camino libre al panista cuyo único logro es haber
desaparecido a la Secretaría de Gobierno de la política interna del estado.
Aquí las preguntas que surgen son: ¿Se atreverá la Junta
Directiva a seguir las instrucciones del gobernador y con esto ir en contra de
los intereses de la Uqroo? ¿Los docentes, administrativos y estudiantes se
sentarán a ver como se decide su futuro desde fuera de la propia universidad
sin ser tomados en cuenta?
Restan 35 días para la designación del nuevo rector y
aunque López Mena ya está en la lista de invitados para su toma de protesta, él
sabe o debería saber que en temas políticos no hay nada escrito.
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