Ciudad de México, a 23 de febrero de 2016. La fuerte
crisis macroeconómica no debe de ser encarada a través de continuar gravando el
consumo popular, lo cual más que estabilidad traerá consigo una profunda crisis
de gobernabilidad afectando directamente a los 53.3 millones de mexicanos que
de acuerdo al CONEVAL hoy en día viven en la pobreza y pobreza extrema. De igual
manera, como lo demuestran los datos del INEGI, la baja en el consumo popular
quedó demostrado en el pasado mes de diciembre el caer un 34% en relación al
mismo mes durante el 2014.
La disminución de los precios del petróleo, la caida del
peso frente al dólar, el recorte al gasto público federal recientemente
anunciado y otros factores que participan de la actual depresión económica
nacional, conforman el caldo de cultivo perfecto y el pretexto ideal para que
las autoridades federales pudiesen faltar a su palabra y buscar un incremento
en las cargas impositivas actuales.
Después de un año en el que el Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI) informó que el consumo interno, prácticamente
fue lo único que generó crecimiento en el nivel macroeconómico (alrededor del
2.5% a nivel nacional respecto al PIB de 2014), lo peor que puede hacer el
gobierno federal es frenar el desarrollo mediante la imposición de mayores
impuestos al consumo.
Y es que muchas de las cargas tributarias al consumo no
sólo no funcionan en sus “objetivos” sino que además significan un fuerte golpe
a la capacidad adquisitiva de la mayoría de los mexicanos que viven en las
condiciones más vulnerables, obligándolos a bajar su capacidad de consumo y a
consumir productos de mala calidad.
Muestra de lo anterior es el impuesto especial a los
refrescos, el consumo de dichos productos en México no ha variado de manera
significativa, se mantiene. Está claro que el impuesto a este producto no ha
dado los resultados esperados para bajar el consumo, sin embargo, resultó ser
una herramienta fiscal recaudatoria, que ha logrado recaudar hasta 36,000
millones de pesos pagados por los consumidores. En términos de
costo-efectividad esta medida ha fracasado, pues ya vimos que únicamente sirvió
para ensanchar las arcas públicas, no para reducir el problema del sobrepeso de
la población.
La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes quiere dejar
en claro que la venta del refresco no ha tenido cambio alguno y esto se explica
porque los consumidores pagaron el impuesto afectando directamente su economía
familiar, sacrificando su consumo y adquiriendo productos de mala calidad. Esta
información tiene especial validez si se toma en cuenta que 7 de cada 10
productos gravados con el IEPS se venden a través del pequeño comercio, lo que
demuestra que el impuesto al consumo es regresivo, discriminatorio y frena el
desarrollo de las comunidades.
Cualquier organización legítima en el mundo que sostenga
que defienda los intereses de los consumidores nunca apoyará que se eleven los
precios de sus productos con más impuestos o bien que se cuarte el libre
albedrio del consumidor.
La reforma fiscal aprobada hace dos años no fue bien
recibida por la mayoría de los sectores productivos en México ya que afecta la
productividad nacional y golpeando la capacidad de compra de la población hasta
en un 66%, como lo acreditan recientes estudios, dejando en claro que los
mexicanos que menos ganan son los que más han resentido en sus bolsillos el
pago de este impuesto.
Por todo lo anterior, la Alianza Nacional de Pequeños
Comerciantes A.C. (ANPEC) manifiesta su más rotundo repudio a esta política
económica que castiga el consumo para financiar el gasto corriente del
gobierno, abatiendo la calidad de vida de millones de mexicanos,
empobreciéndolos aún más y obligándolos a tener un consumo cada vez de menor
calidad.
Como lo vemos en ANPEC, la actual crisis de recursos por
la que atraviesa el gobierno federal puede llevar a la tentación de buscar
resolverla mediante la aplicación de mayores impuestos a los consumidores,
convirtiendo en una quimera el acuerdo de estabilidad fiscal al que se
comprometió el Secretario de Hacienda y Crédito Público en 2013.
Por todo ello y ante los problemas económicos que
enfrenta el actual gobierno federal, en la ANPEC estamos convencidos que no es
deprimiendo el mercado sino impulsando su desarrollo, una de las soluciones a
la fuerte crisis económica por la que atravesamos. Hoy más que nunca debemos
estar unidos y protegernos, de manera especial los que menos tienen.
No estamos de acuerdo con esta política recaudatoria del
gobierno que castigando el consumo busca tapar un hoyo abriendo un cráter ¡No
más impuestos!
A través de este conducto, invitamos a la población a
manifestarse a favor de esta campaña en la redes sociales y a hacer un llamado
a un cambio de política económica que dé prioridad al consumo interno, que
eleve la capacidad de compra de los mexicanos y les permita acceder a una
calidad de vida más digna y humana: Usa el hashtag #NoMasImpuestos.
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