jueves, 26 de marzo de 2015

Consejos de Maquiavelo para Vladimir Vallejo

Mi muy estimado señor feudal Héctor Gerardo Vladimir Vallejo Molina, como corresponde a todo orden de la naturaleza, todo tiene un origen y usted, por suerte, se convirtió en esta administración en el mandamás del Comercio en la Vía Publica de nuestro amado Cancún, pues no se le conoce mérito propio para llegar a tal posición codiciada por muchos.
Déjeme decirle que necesitó poco esfuerzo para llegar a donde está, lo que demuestra su falta de interés por ser leal al Príncipe al hacer alianzas con otros representantes de principados, como los son el de la CTM, la CROC y por último con los Tianguistas.
Estoy entendido que desea mantener su señorío en la Vía Pública por medio de la riqueza, quizá por ello ha permitido el crecimiento del ambulantaje, el cual se manifiesta cada fin de semana en los alrededores de la plaza principal (Las Palapas) y por meses en los pasillos del primer cuadro de la ciudad de nuestro amado Cancún.
Y qué decir de sus recaudadores (Fiscales) quiénes ávidos de quedar bien con su señor extorsionan, presionan, amedrentan y amenazan a los parroquianos que osan exponer sus productos en la vía pública.
Me han dicho los comerciantes establecidos, que usted se ha llenado las bolsas de dinero y el incremento de su fortuna personal (y de sus amigos) va en crecimiento; gracias a las alianzas hechas con los señores feudales como Isidro Santamaría Casanova, Mario Machuca Sánchez y Melitón Ortega, con quienes usted hace pactos pero con la condición que le toquen algunas monedas de oro.
Lógicamente, usted mi estimado señor no está solo, se encuentra con el manto protector de la duquesa Candelaria Ayuso Achach quien en las reuniones del principado (de cabildo) expone las “necesidades” económicas de los súbditos  para que puedan obtener los permisos de vendimia en la Vía Pública.
Usted es de los señores que no se sostienen sino por la voluntad y la fortuna - cosas ambas mudables e inseguras - de quienes los elevaron; y no saben ni pueden conservar aquella dignidad. No saben porque, si no son hombres de talento y virtudes superiores, no es presumible que conozcan el arte del mando, ya que han vivido siempre como simples ciudadanos; no pueden porque carecen de fuerzas que puedan serles adictas y fieles.
Concluyo al decir que existen testimonios suficientes de parroquianos que hablan sobre su conducta indecorosa en el puesto que le otorgó el Príncipe, de sus alianzas con los adversarios de éste, de sus pláticas cobijadas por la sombra de la oscuridad donde planea sus golpes a los comerciantes establecidos; es más, aunque sean llevados a la horca, ciudadanos demandan que les deje de extorsionar, de presionar y de pedir la cuota.
A sus pies: Nicolás M.

REGIDOR CALENTURIENTO
Gilberto Rene Sansores Barea, presidente de la comisión de Obras y Servicios Públicos en el Ayuntamiento Benito Juárez se voló la barda, pues no solamente no le paga a sus asistentes, sino que a las mujeres les hace proposiciones como salir de viaje o “irse de pinta” a un lugar especial. Me comentan conocidos de este personaje, que no es la primera vez que el regidor se comporta de “ojo alegre” que por ahí es su debilidad. Eso sí, trae un séquito de seguidores a quienes solo los mantiene con la promesa que algún día les pagará.


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