jueves, 19 de marzo de 2015

Maquiavelo aconseja a Arturo Olivares Mendiola

Según los vecinos de San Fe, en Cancún, ya están hartos de los asaltos que se dan a diario a casa-habitación, donde la autoridad municipal ha demostrado ser poco eficaz en el combate a este delito. A decir de los denunciantes ya son 19 casas las que los amantes de los ajeno han visitado en esta temporada y se quejan de lo engorroso y burocrático que es poner una denuncia ante las instancias correspondientes, ya que casi nadie puede acreditar la propiedad del producto por medio de una factura, pues muchas veces estos son donados o regalados.
Ante esto, tomo un fragmento del libro “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo: Digo, pues, que las tropas (policías) con que un príncipe defiende sus Estados son propias, mercenarias, auxiliares o mixtas. Las mercenarias y auxiliares son inútiles y peligrosas; y el príncipe cuyo gobierno descanse en soldados mercenarios no estará nunca seguro ni tranquilo, porque están desunidos, porque (los policías) son ambiciosos, desleales, valientes entre los amigos, pero cobardes cuando se encuentran frente a los enemigos (el crimen organizado); porque no tienen disciplina… Quieren ser sus soldados mientras el príncipe no hace la guerra (cuando todo está en paz); pero en cuanto la guerra sobreviene (lucha contra el crimen), o huyen o piden la baja…
Quiero dejar mejor demostrada la ineficacia de estos ejércitos. Los capitanes mercenarios o son hombres de mérito o no lo son; no se puede confiar en ellos si lo son porque aspirarán siempre a forjar su propia grandeza (¿reciben premios del FBI?), ya tratando de someter al príncipe su señor, ya tratando de oprimir a otros al margen de los designios del príncipe; y mucho menos si no lo son, pues con toda seguridad llevarán al príncipe a la ruina… y si el ciudadano nombrado (Secretario de Seguridad Pública) no es apto, se lo debe cambiar; y si es capaz para el puesto, sujetarlo por medio de leyes. La experiencia enseña que sólo los príncipes y repúblicas armadas (que brindan seguridad) pueden hacer grandes progresos, y que las armas mercenarias sólo acarrean daños. Y es más difícil que un ciudadano someta a una república que está armada con armas propias que una armada con armas extranjeras (sin lealtad).
MÁS SOBRE EL CASO
DE CIRUJANOS PLÁSTICOS
La investigación sobre el caso de presunta negligencia médica contra el paciente Daniel Guevara Mena que fue “destapada” por Diario La Verdad, puede dar un giro de 180 grados, ya que de acuerdo a mis fuentes dignas de crédito, el 16 de febrero el Hospital Americano, donde fue llevado Guevara Mena por el suegro, expidió un documento “Resumen clínico”, donde se explica que al realizarle la curación “no se observó líquido libre en cavidad abdominal ni hueco pélvico”.
A decir de testigos del Pabellón Caribe, el paciente Guevara salió en una silla de rueda a la que se subió por su propio pie. Luego fue llevado al Hospital Americano donde presuntamente se le practicó una “punción diagnóstica abdominal”, donde existe la posibilidad que se le haya perforado el intestino, ya que la dimensión de la aguja que se utiliza para esta práctica, es similar a la cavidad que presenta el paciente en cuestión.
Cabe aclarar, después de tres días en el Hospital Americano, y con una suma de alrededor de 150 mil pesos, el suegro de Daniel Guevara Mena decidió, junto con la novia de éste, llevarlo al hospital general, donde los médicos se dieron cuenta de la perforación del intestino. Por no contar con el equipo médico correspondiente, el paciente fue llevado a la ciudad de Mérida, Yucatán donde aún permanece en observación.
¡FÍJESE POR QUIÉN VOTAR!
La decepción de la ciudadanía de sus políticos, y de algunos gobernantes, es cada día mayor, crece como la planta que es regada, solo que en lugar del agua, algunas personas utilizan el resentimiento, la apatía, la mala fe y hasta los insultos.
Considero que la razón por la cual nos encabronamos con los políticos es por la doble moral con la que se conducen, por el gandallismo con el que actúan y por la falta de capacidad para realizar un papel decoroso en las tareas que se les asignó por mandato popular, por medio del voto, aunque tengo mis dudas en cuanto a la legitimidad por el porcentaje tan bajo de participación en los procesos electorales.

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