Por
Ricardo Trotti (Sociedad Interamericana de Prensa)
No
es fácil tener un medio de comunicación. Hay que sobrevivir a tres tipos de
presiones muy agresivas: Política, violencia y digitalización.
Las
presiones que plantean los gobiernos y la violencia provocada por grupos
mafiosos, entre ellos los narcotraficantes, son ajenas a los medios y, por
ende, incontrolables. Sin embargo, operar en un contexto digital y
hacerlo en forma eficiente, es un desafío que depende enteramente del medio.
Adaptarse
de una forma rápida y eficiente a la nueva era digital es cuestión de
sobrevivencia. Esto no es sólo válido para los medios; todas las industrias, de
una u otra manera, están desafiadas por el nuevo contexto tecnológico. Uber le
ha movido los cimientos a las empresas de taxis y Airbnb, sin tener un solo
hotel, tiene mayor valor que la cadena Hilton que administra más de 14 mil
hoteles en todo el mundo.
Es
indudable que la tecnología está jugando un papel cada vez más importante en
nuestras vidas y en la economía. Whatsapp le ha derrumbado el negocio de los
mensajes de texto a las telefónicas, Skype ¡ni hablar! y Facebook, sin vender
otra cosa que “likes” y publicidad alcanzó esta semana 236 mil millones de dólares,
superando el valor de Walmart, la décima compañía más grande del planeta.
Pocas
empresas y medios están adoptando nuevos modelos de negocios que exige el nuevo
ecosistema tecnológico. En una conferencia hemisférica de la Sociedad
Interamericana de Prensa que concluyó este viernes, con unos 200 ejecutivos de
medios de las tres Américas y Europa, junto a funcionarios de Google y
Facebook, tratamos de descifrar modelos de negocios que funcionen.
Pese
al pesimismo de algunos, la mayoría no ve a la tecnología como un problema,
sino como una gran oportunidad. Ya es irrelevante aquella pregunta si se
acabará el diario en papel o si YouTube matará a la televisión como la
percibimos hoy. Lo importante es que la esencia de los medios, noticias y
contenidos, siguen siendo la esencia, aunque hay que aprender a ser más
eficiente con las plataformas digitales para llegar a las audiencias. De la
misma forma que Netflix no modificó el contenido de las películas, sino la
forma en que las alquilamos y consumimos.
El
problema de esta época es que no hay un modelo definido que sirva a todos por
igual; el negocio está supeditado a la audiencia a la que se sirve. Pro
supuesto que hay denominadores comunes y tendencias. La gente prefiere
contenidos audiovisuales más que palabras y audio, y consumirlos desde sus
teléfonos celulares, no en sus computadoras o medios tradicionales. Nuevos
estudios calculan que en tres años, los videos conformarán el 80% del contenido
que se trafica y consume en internet, mientras que las redes sociales y la
interactividad se intensificarán.
Los
medios deben prestar atención a esas tendencias. Ya no pueden pensar en el
modelo tradicional de vender publicidad para subsistir o creer que la
publicidad digital les salvará. Ni está sucediendo ni sucederá. Tampoco vender
contenido se apunta como relevante, ante unas audiencias acostumbradas a la
gratuidad de los contenidos.
El
nuevo ecosistema exige mayor creatividad. Conocimiento de la audiencia, bancos
de datos superlativos, organizar eventos y el e-commerce se consideran modos
más eficientes para generar ingresos y monetizar. Para ello los medios tienen
que invertir en nuevo personal, joven, creativo y con mayor cultura digital.
Sin
embargo, pese a esta nueva realidad, se comprende que la tecnología es solo una
plataforma para potenciar el negocio periodístico, pero no puede reemplazar la
forma en que se hace periodismo, aunque los robots y algoritmos estén haciendo
noticias y contenido a la velocidad de la luz y con calidad, como muestra la
revista Forbes.
La
esencia del periodismo sigue siendo investigar, fiscalizar a los poderes y
contar historias relevantes. Las amenazas que plantean Facebook y Google, es al
negocio de distribución y consumo de noticias, pero no a su esencia. La gente
sigue detrás de las marcas periodísticas en busca de calidad y confianza.
El
desafío, empero, es que los medios deben ser tan eficientes en cuanto a calidad
del contenido como en sus modelos de negocio. Deben adaptarse y cambiar. Es la
mejor alternativa para sobrevivir. trottiart@gmail.com
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