Una vez más me invade la impotencia al saber la ejecución
de la que fue objeto el compañero Roberto Toledo, del portal de noticias
“Monitor Michoacán”; y por primera vez en 25 años de ejercer el periodismo
siento temor.
Pero es un temor por la indiferencia de las autoridades
encargadas de proporcionar seguridad a los ciudadanos, al empresario, a la
gente de bien, a los que día con día salimos a trabajar, con todas las medidas
de seguridad sanitaria para no contagiarnos de esta maldita plaga llamada
Covid-19.
Dejé de levantar la voz desde la muerte de mi compañero
Rodolfo Rincón Taracena un 20 de enero de 2007, en Villahermosa, Tabasco, porque
existe una autosensura en temas tan delicados como es la corrupción política
que hay en el Estado Mexicano, en todos los niveles de Gobierno y en los Tres
poderes del Estado; pero ya no aguanto más, en tan solo este mes, cuatro
compañeros han sido asesinados por los de la nueva “mafia del poder”, que
practica el gatopardismo, que se esconde tras una falsa humildad y mezcla la
verdad con la mentira para engañar a las masas.
En lo que va del sexenio, 28 compañeros periodistas han
sido asesinados, sin que exista una investigación seria y eficaz, porque cuando
asesina el Estado, nunca darán con los culpables; pero no solo eso, hay otros
más que han dejado el país por causa de la persecución silenciosa pero
sistemática que realizan contra ellos y ellas, mientas a las y los aduladores
los premian hasta con cargos públicos, ya sea en Embajadas o en dependencias
del Gobierno Federal.
Ya no queremos palabras, estamos cansados del
adoctrinamiento diario que practica el Gobierno con el dinero del pueblo;
queremos acción, resultados, protección y que el Estado cumpla con su derecho
constitucional, otorgar seguridad a sus gobernados.
Demandamos la solución de los asesinatos de los
compañeros José Luis Gamboa Arenas, Margarito Martínez Esquivel, Lourdes
Maldonado, Roberto Toledo y de todos los 140 periodistas asesinados desde el
2000.
No asesinen al mensajero, no coarten la libertad de
expresión, no priven a la sociedad de estar informada correctamente.
Gracias a la sociedad que contribuye para continuar con
medios de comunicación veraces y equilibrados en la información. Repruebo todos
aquellas y aquellas que quieren por cualquier medio, callar la veces que
denuncian la corrupción y la impunidad.
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